miércoles, abril 12, 2006

SMELL LIKE TWEEN* SPIRIT

Uno de mis amigos, reiteradamente citado de forma anónima en esta web, me contó hace poco del ranking de E! 101 reasons the 90’s ruled. Al revisarlo, se pueden encontrar notables razones de porqué los 90’s fueron tan cool. Kurt Cobain, Pulp Fiction, Internet como herramienta masiva, The Blair Witch Project, Wayne’s World, Ally Mc Beal y Haley Joel Osment diciendo: I see dead people, entre otras, engalanan el selecto listado.
Es cierto que el ranking es acorde a la tónica del farandulero E!, priorizando el mainstream y lo populachero de aquellos años (ricky martin y la macarena aparecen entre los destacados), pero entre tanta fiebre ochentera y revival del kitsch, se agradece un homenaje a la década que muchos sentimos como propia.
El último The Clinic incluye una entrevista a Eduardo Beltrán, hijo del desaparecido Gonzalo Beltrán y socio de Nicolás López, el gordo freak de "Promedio Rojo", quien se declara chato de que en los asados se hable con nostalgia de los 80’s y de sus patéticas series y monitos animados.
Ya es hora. Los honestos 90’s merecen lo suyo. Y los que fuimos teens en esa época debemos revindicarlos.
Durante esa época viví gran parte del tiempo con una leñadora amarrada a la cintura, mi primo me regaló una mochila militar para ir al colegio y tener un discman era privativo. El rock gobernaba. Aparte de Nirvana, los muchachos de Stone Temple Pilots, Pearl Jam, Alice in Chains, Smashing Pumpkins, Soul Asylum, Blind Melon, Rage Against the Machine y Soundgarden sonaban cual reggaeton en las radios todo el día. Guns and Roses sobrevivía al Glam y era la megabanda sin discusiones. Como el U2 de hoy, pero sin ducha. Ni hablar de Manchester y sus músicos. Tampoco hay que olvidar a Bristol y los suyos.
Chile recién volvía a la democracia y la Paty Rivadeneira se las arreglaba para figurar en pelota en alguna obra de teatro cada cierto tiempo. MTV Latino tenía un equipo de VJ’s que sabían de música y tenían mucha, pero mucha onda. Leí a Fuguet con la efervescencia de adolescente que era. Y después The Catcher in the Rye de Sallinger por que Matías Vicuña lo hacía. Vimos Jhonny 100 pesos, Palomita Blanca, Ardiente Paciencia y El Show de Los Libros. Y Ojo con el Arte. Y Cine Video. Había canal Rock and Pop y los amigos de Santiago mandaban videos de sus programas a provincia. Beck cantaba “Loser”. Warken estaba en TV abierta. Yo tenía más pelo en la cabeza y menos en la, en ese tiempo, (casi) inexistente guata.
Lo pasé bien, pero no tanto.
Mi vida no era más simple, sino que todo lo contrario. Una depresión me tenía pegado a jarabes y ciertas píldoras que prefiero olvidar. Quería quedarme dormido y no despertar más. Pasé tanto tiempo en mi pieza, que memoricé cada una de las manchas del techo. Dibujé hasta que no di más. Llené cuadernos de lo que pensé era poesía. Aprendí a tocar guitarra. Me eché ramos en la U por deporte. Quería ser un maldito. Mi frase favorita de Cobain decía: “I´m the worst on what i do best and for that gift y feel blessed”.
Qué más iba a hacer.
Era un niño.
Sin embargo, para mi fue taxativo.
Los 90’s me salvaron.
Todo era tan cool que era necesario vivirlo. Y a la pasada, y entre comillas, “crecí” y las cosas que llenaban mi cabeza pasaron a ser huevadas. Por que realmente lo eran.
No me quise perder el escuchar a Los Tres, Café Tacuba, Ilia Kuryaki and the Valderramas, Aterciopelados, Babasónicos, La Ley, Lucybell, Solar, La Rue Morgue, La Dolce Vitta, Chancho en Piedra, La Lupita, Maldita Vecindad, Santa Sabina, Los Tetas, Los Morton, Molotov y Machuca. No quise dejar de ver las películas de Tarantino, Tim Burton, Robert Rodríguez, Alex de la Iglesia y Spike Lee. Ni Reality Bytes,Singles, Forrest Gump, Asesinos por Naturaleza, Los Buenos Muchachos, Terminator 2, Boyz N’ The Hood, El Silencio de los Inocentes, Punto de Quiebre, JFK, El Abogado del diablo, Blood in-Blood out, 12 Monos, Leaving Las Vegas, Seven, Trainspotting, Matrix, American History X, El Quinto Elemento, Cabo de Miedo y cuantas otras. No quise dejar de leer a Anarko ni la revista Bandido. Ni de leer, escuhar, ver y piratear a tantos otros que no caben acá.
Gracias Wynona Ryder.
Gracias Julliette Lewis.
Gracias Milla Jovovich.
Infinitas gracias a todo el reparto femenino de Baywatch.
Por no dejar perderme de ustedes, ni perderme el pasarlo a toda raja.
Como ahora.


*Para este caso, dicese de aquel veinteañero que aún se comporta como teenager.